Sea cual sea la profundidad de la escucha y la reflexión, sin la meditación será imposible liberarse. No es suficiente que la cosecha sea buena. Es necesario que el campesino sepa utilizarla para aplacar su hambre. También, sea cual sea la inteligencia con la que se lean y se comprendan los tratados de medicina, para calmar el sufrimiento de un enfermo es necesario aplicar los remedios prescritos.

Se necesita buscar la manera de adquirir certidumbre respecto a Samatha y Vipassana, pues estos  contienen el océano de los samadhis del pequeño y del gran vehículo.

El Victorioso ha dicho que es preciso saber que todos los diferentes samadhis enseñados por los sravakas, los buddhas para si mismo, los bodhisattvas y los tathagatas, están incluidos en samatha y vipassana. Y se afirma, en el mismo sutra Samdhinirmochana, que todas las cualidades mundanas y supranormales  de estos son el fruto de samatha y vipassana.

Es importante la actitud con la que uno entra en este tipo de retiro. Por medio de la aplicación del silencio interior y exterior lograremos una experiencia interior significativa. El esfuerzo de unos pocos días puede determinar el sentido de una vida.

A fin de procurar la circunstancia más favorable para esta oportunidad, uno debe tomar la firme determinación de absorberse en la práctica meditativa durante las sesiones, comidas, periodos de descanso y paseos, de acuerdo con las instrucciones que recibiremos.

El noble silencio implica el abandono del diálogo interior y de toda preocupación mental ajena a la práctica misma. Sila, la práctica de la moralidad que tiene en cuenta a los otros antes que a uno mismo, se establece fundamentalmente sobre el silencio que no perturba a nadie.

Es algo que está al alcance de todos. Basta proponérselo con firmeza. Por falta de atención no se cumple ningún designio, se cometen todas las faltas y se vagabundea en la holgazanería. En cambio, por medio de la concentración se conocerá perfectamente la realidad de todas las cosas y de uno mismo. “Si se posee la concentración se abandonará espontáneamente el apego por los objetos inferiores y brotará el conocimiento verdadero”.